FUNDAMENTOS III
La idiosincrasia oriental no cuestiona los principios filosóficos que rigen su comportamiento terapéutico, sabe que funcionan y los aplican, considerando el método científico como una etapa evolutiva del conocimiento y no una premisa para su aplicación.
La occidental, a nivel académico, se desarrolla exactamente al revés, motivando que sistemáticamente sean rechazados todos los métodos propuestos aunque su evidencia sea tan patente como el hecho de que las medicinas vitalistas conformen el método terapéutico de primera intención en más de la mitad de la humanidad, desde hace milenios.
Es el Yin y el Yang compuesto de dos fuerzas opuestas pero complementarias, es el DAO o el camino hacia una armonía. Es preciso que la comunidad científico-médica abra sus puertas a otros enfoques terapéuticos evidentemente distintos a los alopáticos, pero también es necesario que se investiguen de una manera metódica y racional los principios que rigen las medicinas tradicionales.
Esto presenta un reto y una necesidad evidente y nos impulsó en la búsqueda de los nexos de unión entre ambas filosofías, la vitalista-taoista y la ortodoxa-cartesiana que rigen los principios médicos de la cultura oriental y occidental en términos generales.
Para ello es preciso tratar de dar una respuesta científica o al menos racional a los principios que rigen la M.T.Ch, de tal forma que sean comprensibles o guarden cierto grado de lógica alopática.
Los clásicos chinos, en base a su filosofía, manifestaban los principios de acuerdo al conocimiento existente en su época y así hablaban del embalamiento de Yang hepático o la insuficiencia de Yin renal como causas de un desequilibrio del Dao Vital (hipertensión), o de la caída de Yin por insuficiencia de Yang (metrorragia), o del Pei Cardiaco por alteraciones del Yin de Bazo-Páncreas (cardiopatía isquémica), etc.
Traspolar estos términos a la ciencia médica actual y hacerlos comprensibles es una labor delicada que exige una metodología y desarrollo didácticos sumamente complejos.
La M.T.Ch y en concreto la Acupuntura-Moxibustión es una ciencia médica y como tal tiene su propia fisiología, anatomía, etiopatogenia, diagnóstico y tratamiento y, por tanto, su estudio debe desarrollarse sobre un esquema de progresivo conocimiento y no en formularios o “combinaciones secretas” que en el mejor de los casos actúan de una manera sintomática sin tener en cuenta el factor etiológico.
La individualización estricta del paciente, es premisa derivada de la propia circunstancia energética del hombre; son tantos los factores que pueden modificar los potenciales energéticos que resulta imposible una misma respuesta o alteración. Los olores, los sabores, las dietas, los colores, los factores psicoafectivos, las circunstancias geográficas, cosmológicas, ambientales, etc., son parámetros incidentes sobre el equilibrio psico-somático humano.
Consideramos pues que la acupuntura debe desarrollarse, al igual que otras disciplinas, siguiendo un método de progresivo entendimiento que permita introducirse gradualmente en ella en base a unos principios firmemente establecidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario